domingo, 25 de julio de 2010

Y volvió a disparar bajo el cielo de París

Como los grandes pistoleros del oeste, Alberto Contador desenfundó y volvió a disparar en la ciudad de las luces. A su espalda se levantaba el majestuoso Arco del Triunfo, el juez que dicta ganador de la ronda gala. A los pies del ciclista pinteño… el mundo del ciclismo.

91 horas sobre su inseparable compañera de viaje, más de 3.000 kilómetros en sus piernas por las carreteras de nuestro país vecina. 22 días de cansancio y sufrimiento. Pero todo esto merece la pena por llegar a la ciudad del amor vestido de amarillo y cruzar el puente donde una princesa británica perdió la vida intentando huir de los paparazzi, pasar por la plaza de la Concordia y recorrer Los Campos Elíseos oyendo “allez, allez!”.

Lejos queda aquel día del pavé, el freno estropeado que nadie vio, las escapadas, el amarillo luxemburgués, las caídas de Lance, el llanto de Evans al perder el trofeo más preciado… Atrás queda esa cadena revoltosa que opinó que era el momento de dejar de realizar su función y saltó para convertirse en el centro de las miradas de aquella etapa de montaña. Llegaron las críticas desapiadas de la prensa francesa, demasiado himno español sonando en territorio galo, había que hacer algo.

8 segundos, para algunos es nada, para otros una eternidad. Esa duda la tenía que despejar un gigante, un mítico de más de 2.000 metros de altura. No era un novato, más bien un sabio que ha repartido justicia durante 100 años. Ha coronado a unos y a otros les ha golpeado con la dureza de sus rampas.

Por si no lo sabíais, ese árbitro se llama Tourmalet. La niebla y la llovizna esperaban a los dos grandes favoritos. Las curvas del mítico puerto esperaban el toque de corneta de los favoritos. Andy atacó, tras él salió el saltarín madrileño. El luxemburgués demarró fuerza y pundonor, llegaron parejos los dos a la mítica cima francesa. Ganó el del maillot blanco, no se disputó la etapa. Alberto le dejó ganar. “Visto para sentencia” dictó el magistrado.

Quedaba poco, pero aun faltaba una batalla la del crono. Un enfrentamiento cara a cara con el tic-tac. Cuatro protagonistas: el hombre, la bicicleta, el reloj y la carretera. Una lucha en solitario, tú o la perfección del cronómetro.

Algo no iba bien, el camino de rosas que se esperaba se convertía en un calvario lleno de espinas. Todo iba al revés, la ventaja se hacía pequeña. 2 segundos.

Todo acabó, la meta llegó y el amarillo se quedó en las espaldas de nuestro pistolero. 39 segundos separaban a los dos amigos. 39”, el mismo tiempo que se perdió por el ego y afán de protagonismo de aquella cadena saltarina.


Sólo quedaba un paseo, el más bonito de todos. El ver a París rindiéndose al amarillo del Tour. Por fin, el joven pinteño iba a escuchar el himno de España, por “h” o por “b” las dos veces anteriores no lo escuchó.


Allí se subió, a lo más alto del podium. Respiró cuando oyó los primeros acordes de ese himno que verano tras verano suena en los altavoces franceses. Cogió el trofeo, desenfundó, apunto y disparó la tercera bala en París. Un proyectil que sabe a gloria.

jueves, 15 de julio de 2010

Y sí... somos Campeones del Mundo!


Parece mentira, pero no sé cómo empezar esto. Puede ser porque es la primera vez y en estas lides siempre uno está temeroso, torpe y no sabe qué hacer.

No es la primera vez que ganamos un título de selecciones en fútbol. Ya pasó en el Prater aquel magnífico 29 de junio de 2008, pero aquello era solo Europa. Hoy volvemos a ser campeones, sí, pero hoy el mundo entero se gira a ese pequeño país del sur de Europa de 46 millones de habitantes. Ya no nos conocerán por los toros, la siesta, la fiesta, la paella… ahora también nos conocen por el fútbol.

11 julio de 2010. Siempre lo recordaremos, como el 29 de julio, como nuestro cumpleaños, como cualquier aniversario de los más cercanos a nosotros. Recordaremos también a ese pequeño manchego, que salió de Fuentealbilla para crecer en La Masía y para acabar colocando a España en el Olimpo del Fútbol.
Nuestros bajitos, hoy de azul, han necesitado 116 minutos para vencer a los holandeses. Nada de naranja mecánica, cualquier parecido con aquella selección de Cruyff es pura coincidencia. Jesusito de mi vida cogió el balón en la derecha, avanzó a trompicones. Abrió a la banda al niño Torres, vió a Andresito entrar libre de marca por el centro se la quiso poner. Pero cortó la defensa “Oranje”, el balón le cayó al del Arsenal, Cesc. Abrió a Iniesta que estaba desmarcado en la parte derecha del área holandés, controló el manchego y fusiló a Stekelenbur colocando el Jobulani en el fondo de la portería… Camacho se volvió a comer el micro de T5, Poli gritó desde los micros amarillos de la SER, Carlos Martínez recordó el Iniestazo de Stamford Bridge… y 46 millones de españoles gritaron al unísono una palabra: GOL





Ya no recuerdo nada más. En la calle oía gritos, bocinas. Vi llorar al capitán, al portero, al santo que nos volvió a salvar con dos intervenciones milagrosas frente al que fuera su compañero el año pasado, Robben.

Tras el gol del chico blanco de Fuentealbilla, quedaban cuatro minutos más el descuento. El tiempo compañero inseparable nos mataba y nos hacía sufrir con su paso lento, su avanzar pausado. Los segundos parecían días y los minutos eternidades.
Llegaron los tres pitidos del infame Webb, esos tres sonidos agudos sonaron en los oídos españoles como la Novena Sinfonía de Beethoven. O mejor, sonaron a los acordes del We’re the Champions de Queen. Éramos campeones, campeones del mundo.

Tras tantos años viendo a brasileños, franceses, italianos, argentinos, alemanes celebrando la victoria en un mundial… Éramos nosotros, los españoles, los que vivíamos esos momentos de alegría tan solo reservados a los mejores.
Y, llegó el momento. Todos los focos seguían a un chaval con una camiseta verde y con el número uno a la espalda. Péinate que miles de millones de personas te están mirando. Respira, agárrala bien, saborea ese momento y levántala. Ahora sí, somos campeones del mundo.

Habéis escrito una nueva página en ese gran libro que la humanidad llama Historia. Con letras de oro y un trazo exquisito, fino y de calidad habéis firmado una de las páginas más bonitas de nuestra Historia. Gracias.

Rescatando textos... Paco González

En unos días, en concreto el 12 de mayo, hará un mes que el imperio del monopolio se deshizo de Paquito. Ese día no lo olvidaré, raro o tal vez estúpido. Aquel miércoles 12 de mayo recuerdo que tenía la práctica final de radio. Yo la presentaba y por hacer la gracia, siempre que he entrado en el estudio de radio, me he puesto los cascos como en la foto, como él.

Llegué a casa, abrí el ordenador, puse el twitter y leí el tweet de Juanma. Leí la noticia en 20minutos.es y no podía creerlo, no podía entenderlo. Tampoco era capaz de asimilar yo mismo lo que sentía en ese momento. Era una sensación muy extraña. Estaba dolido como si fuera mi mejor amigo el despedido.

Ahí estaba frente al ordenador intentando procesar todo lo que estaba viendo. Aquella tarde había Carrusel, jugaba el Atleti en Hamburgo, deseaba que llegarán las 17.30 para que alguien me explicara por qué no oiría más el "Arranca en la Ser el mejor fútbol, arranca en la Ser Carrusel". Seguía sin entender nada, miraba en Twitter, en Facebook, en cualquier lado intentando saber algo más.

Sigo escuchando Carrusel, no puedo imaginarme el fútbol en otra emisora que no sea la de los micros amarillos (joder que mal lo voy a pasar este verano yo XD). He crecido con el Hola, hola de Pepe y me he acostado los domingo con el Gracias por elegir la radio de Paco.

Pero aun seguía sin dar respuesta a ese extraño sentimiento de vacío que sentía. Giré mi cabeza y leí:
Paco González (Madrid, 1966) presenta y dirige Carrusel Deportivo desde 1992. Todos los sábados a las seis de la tarde se coloca ante los micrófonos para llevar a nuestras casas la información deportiva de la jornada. Sentado frente a su ordenador, en la redacción de deportes de la Ser, contesta a los correos de los oyentes. Suena el teléfono, es una compañera, en una hora tiene que participar en un programa. Gran periodista, pero mejor persona y amigo. Así le define Jorge Hevia, compañero de trabajo. Paco se ríe, enciende un cigarrillo a escondidas y empieza a responder amablemente las cuestiones

Cogí el ratón, cerré el google chrome, pinché en la carpeta Universidad Carlos III, Relato II, entrevista Paco.wav, puse lo cascos y disfruté del audio de hora y 18 minutos que tuve con él. Cuando acabé ya supe por qué sentía ese vacío, me encantaría ser como Paco González y hacer la mitad de lo que él ha hecho.

El sábado 15 de mayo puse cadenaser.com. Escuché a Cintora, después a Ponseti y su Ser Aventureros. Esperé a las horarias que anunciaban que eran las cinco. Sabía que Pepe no nos iba a defraudar, él era el primer huérfano junto con Hevia y era el altavoz de más de dos millones de oyentes. Y no nos defraudó este animal de la radio como dice Paco. Aquellas palabras me emocionaron, pero a la vez me hicieron ver que Carrusel murió aquel 12 de mayo. Aquel miércoles soleado en el que dirigí una práctica final, en la que el Atleti volvió a ganar un título europeo, en la que... creí poner punto y final a una página de mi vida, aquel día lo recordaré para siempre.

Se habla de OndaCero, Punto Radio, COPE... Ya nada volverá a ser como antes. Por mi que acaben todos en la COPE que así coincido este verano con ellos un par de findes jajaja lo mismo suena la campana, soñar es gratis. Pues sí, ha elegido la COPE... allí les veré

Gracias por hacerme elegir la radio, Paco.

75 años de BA-LON-CES-TO

Un lunes, no uno cualquiera sino el 15 de abril de 1935... la Roja, la de baloncesto, comenzó a botar el balón en el parqué. Empezó en la capital, en la desaparecida pista de Chamartín. En aquel partido contra nuestros vecinos portugueses, la Roja selló su pase al primer Eurobasket de la historia que se celebró en Ginebra.

El tanteo es lo de menos, 33-12. Lo importante era que los primeros cimientos de nuestro basket se asentaban en el panorama internacional. Aquellos pantalones excesivamente cortos y esa camiseta roja sin mangas aparecían por primera vez en las canchas europeas. Nuestro primer quinteto: Rafael Ruano, Emilio Alonso, Pedro Alonso (Rayo Madrid), Cayetano Ortega, Máximo Arnáiz (Madrid C.F.), Armando Maunier (Patrie) y Rafael Martín (América Madrid).

En aquel Europeo del 35 ya se vió que los blancos la saben meter y los españoles más todavía. Primera aparición europea, primera final jugada se perdió... Pero España subió al podio, cosa que no ha dejado en los europeos que la Roja ha disputado.

Al año siguiente todo cambió, un golpe de estado y una guerra destrozaron los planes de un país, la selección no volvió a competir hasta los 50. Los Juegos Mediterráneos en Alejandría fueron la reentrée de la Roja en el basket internacional. Volvió y lo hizo como se fue, demostrando su potencial. Otra plata más que enseñar en las vitrinas de la federación.

Tras éxitos en las décadas de los 50, 60 y 70, llegamos a la época del color en la televisión. Los 80 fueron la explosión del baloncesto español y la consolidación de la Roja en el segundo escalón del deporte de la canasta. Siempre se ha recordado La Plata de Los Ángeles'84, aquella era la primera final olímpica que disputaban nuestros chicos del triple, del rebote. Y lo hacían contra los mejores, contra los NBA y además en territorio yankie. Enfrente bajo la bandera de barras y estrellas se encontraban los mejores jugadores del momento y de la historia... Jugaban un tal Jordan, Ewing, Perkings entre otros. Pero nosotros también teníamos unas estrellas que siempre serán recordados como los chicos de la plata de Los Ángeles... Juan Antonio Corbalán, Ignacio Solozábal, José Luis Llorente, Josep María Margall, Juan Antonio San Epifanio, José Manuel Beirán, Juan Manuel López Iturriaga, Andrés Jiménez, Fernando Arcega, Fernando Martín, Fernando Romay y Juan Domingo De la Cruz.



El tiempo avanzó, atrás se quedaron los pantalones cortos. El baloncesto evolucionó y la Roja no se quedó atrás. Los junior de oro comenzaban a abrirse paso en la selección senior. Ya despuntaba un tal Navarro en la Ciudad Condal...

Llegó 2002 y en aquel mundobasket en la cuna del automovilismo norteamericano, la Roja venció a los chicos NBA en Indianápolis.



No nos jugábamos nada importante, tan solo el quinto puesto que supo a gloria tras ganar en su casa a los EEUU.

Cuatro años más tarde en el Imperio del Sol Naciente, la selección se bañó en oro. El primero oro de la historia del baloncesto español, comandados por nuestro mejor jugador de la historia. Aquellos Junior de Oro que dieron la sorpresa en aquel mundial de Portugal, se convirtieron en los senior de oro tras ganar otro mundial, el de los mayores, en Japón. Una selección para la historia: Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón, Jorge Garbajosa, Rudy Fernández, Carlos Jiménez, Carlos Cabezas, Berni Rodríguez, Felipe Reyes, Marc Gasol, Álex Mumbrú, Sergio Rodríguez.

Llegaron las semifinales, España-Argentina. El último escollo antes de la gran final. En aquel encuentro, nuestro jugador franquicia, como les gusta decir a los americanos, se lesionó. Fue el partido más intenso de aquel torneo para los españoles, 75-74. Mejor verlo en vídeo narrado por aquel grande del baloncesto que vestía siempre con pajarita, gracias crack!



Llegó el día, la final. La gran final, el rival esperado eran los inventores del deporte de la canasta. Pero cayeron contra la fuerte defensa griega. Así que la Roja se enfrentó a los Helenos. El miedo llegó, teníamos la baja más importante en el partido de mayor trascendencia. Pau sufrió, disfrutó y lloró sentado en esa maldita silla vestido de calle, lo más duro para un jugador.



Fue el partido para los que no se llevan los flashes, los que no acaparan los micrófonos, los que firman menos autógrafos... Y cumplieron, además con creces. 70-47 Aquel 2 de septiembre de 2006, la selección se doctoró en el mundo del balón tricolor.

España despertó y se creó afición por este deporte. Una afición harta de desilusiones futbolísticas, vio en la canasta un filón de sonrisas, alegrías, compañerismo y, sobre todo, buen juego. Aun resuenan en Plaza Castilla, bajo las Torres Kio, las palabras del ex-seleccionador Pepu Hernández, !BA-LON-CES-TO!



Al año siguiente, tras un final de verano dorado llegaba el Eurobasket a nuestro país. El nuevo Palacio de los Deportes esperaba la llegada de la mejor selección española de todos los tiempos. Y así fue, se cumplió el guión. La Roja llegó a la capital como favorita para alzarse con la corona continental, enfrente la renovada Rusia de Kirilenko. Sin embargo, todo se truncó. 1 abajo, última bola para España. Gasol se la jugó y nuestro mejor jugador falló. 59-60 para Rusia, otro año más el oro europeo se nos escapó.



2008, año marcado en el calendario de todo deportista. Año de Juegos Olímpicos. Dicen que jugar unos JJOO es el sueño de todo profesional del deporte. Aquel año durante el mes de agosto se dieron cita los mejores deportistas del mundo en la capital de China, Pekín. Y allí estuvieron los chicos del oro de Japón y de la plata de Madrid. Tenían una cuenta pendiente... alcanzar una presea que se les escapó en Atenas por un maldito cruce con los norteamericanos. En esta ocasión nos enfrentábamos a ellos en la primera fase, no les volveríamos a ver hasta la gran final.

Y sí, fue una gran final. La mejor de todos los tiempos, nuestros chicos aguantaron a uno de los mejores combinados norteamericanos de la historia. Algunos lo compararon con aquel Dream Team del 92 que asombró en Barcelona, eso son palabras mayores. 107-118, sobran las palabras.



Una plata que supo a oro.

Parecía que se cerró un ciclo. Oro mundial, plata europeo, plata olímpica. Pero quedaba una espina clavada en el orgullo de estos jugadores, aquella derrota por un punto en Madrid escocía. Faltaba un oro, como decía el pequeño Montes el oro no estaba en Moscú sino en Polonia. Y allí estaba.

El campeonato comenzó con una España irreconocible, al borde de la eliminación en algunos momentos. Pero dicen que los grandes aparecen en los momentos más difíciles y comprometidos... Y se hizo la luz. Gasol tiró del equipo y llegó a la final contra una renovada y jovencísima Serbia. El europeo acabó como empezó enfrentando a Serbia y España. Sin embargo, todo fue diferente. La Roja barrió a los balcanes en una primera parte de ensueño, baloncesto veloz, electrizante... Y una defensa que ahogó la excelente muñeca de los imberbes Velickovic y compañía.



La final nos dejó el ansiado oro que se nos escapó dos años atrás en nuestro país. Y por fín se cerró un ciclo de ensueño, reinando en Europa y luchando de tú a tú a los de la NBA. Si ellos son extraterrestres, nosotros somos los primeros de la Tierra. Somos la ÑBA.

Por estos 75 años de BA-LON-CES-TO... y los que nos quedan

miércoles, 30 de junio de 2010

Vuelve la roja... en un día especial, 29 de junio

Vuelvo y lo hago en una fecha señalada, 30 de junio. Hace dos años volvía de la playa, llegué a Atocha y cogí el tren dirección a mi casa. En los andenes la gente con banderas, bufandas, bocinas, alegría en cada rincón de la llamada Estación de mediodía. Yo iba con los cascos escuchando la SER que narraba la llegada de los Campeones de Europa, nuestros Campeones de Europa a Madrid.

Anoche regresaba a eso de Príncipe Pío a las 23.30, llegué de nuevo a
Atocha y de repente un tren que bajaba de Nuevos Ministerios llenó el andén 3 de camisetas rojas, bufandas, caras pintadas de rojo y amarillo y bocinas... Dos años más tarde, la selección volvía a alegrar a un país. No se ha ganado nada, solo se ha llegado a los cuartos de final... malditos cuartos. Pero recuperamos sensaciones, recuperamos nuestro fútbol frente a nuestros vecinos los portugueses.

Los miedos que aparecieron tras la derrota contra los suizos desaparecieron. Xavi volvió a ser él, Iniesta se asoció con el de Tarrasa y por la izquierda apareció el Guaje, ese que siempre está ahí y da la cara. Fuera de juego o no, da igual. El balón entró golpeando el larguero y subió al electrónico. Portugal atacaba, España controlaba el partido, jugaba con los lusos que eran incapaces de inquietar la meta del mostoleño, Casillas. España cada vez más se parecía a la de 2008.

Entre todos los "peques" españoles cabe destacar el gigantón criado en Lezama, el rubio Llorente. La aparición del chico de Caparrós en la segunda mitad dio un nuevo aire a la selección, España creó más peligro que con el tocallo de Llorente. El niño Torres no está para salir de inicio, tiene que ser nuestro revulsivo, nuestra bomba el los segundos 45 minutos.

Anoche me preguntaban que ganaba yo con la victoria de España, por qué estaba nervioso durante los 90 minutos del partido... Es cierto que mi vida no va a cambiar ganen o pierdan el partido los jugadores, yo me levantaré al día siguiente y haré todo eso que se supone que tengo que hacer. Pero en días como hoy, 30 junio de 2010, estoy más satisfecho y me alegra muchísimo el abrir el ordenador y ver que todos los periódicos abren con la victoria de nuestros jugadores. Y recordando aquella noche del 29 de junio de 2008... solo puedo reproducir estas palabras: "P: 29 de junio de 2008, Viena ¿Qué sintió Paco González al ver a España proclamarse campeona de Europa?
R: Pues algo muy parecido a la felicidad. Aunque sólo es fútbol y al día siguiente debes lo mismo de hipoteca, te sigues acatarrando... Pero me lo pasé de maravilla, disfruté como un enano".




domingo, 29 de noviembre de 2009

Este Madrid sí que es de 10

10 es la nota máxima. 10 es la perfección. Con el 10 jugaba Pelé, Maradona. 10 son los mandamientos... Y diez son las victorias que lleva el Real Madrid de Ettore Messina en la ACB.

Diez partidos jugados y diez ganados.
Invicto en la competición doméstica el Real Madrid de baloncesto, nadie hasta el momento le tose en esto de meter el balón por el aro. Liderados por la revelación de la temporada el serbio Novica Velickovic y secundado por los arrebatos del siempre incansable Sergi Llull han aupado al RM al liderato en solitario de la ACB. Esta mañana el conjunto blanco se cobraba su décima víctima, el Granada. 86-69, de nada le sirvió al equipo granadino liderar el encuentro en los minutos iniciales, ni mantener el ritmo de los madrileños.

El equipo de Ettore Messina juega con el ritmo del partido, juega con sus rivales. Le impr
ime la velocidad necesaria en el momento justo. Atrás quedó la Bullock dependencia, hoy todos aportan en mayor o menor medida su granito de arena. Prigioni, un entrenador dentro de la pista, conduce a la perfección al equipo de Vistalegre; Kaukenas pistolero del antiguo oeste; Lavrinovic nadie hay quien le plante cara en la pintura. Garbajosa, Vidal, Hansen, Felipe, Van der Spiegel (estos dos últimos salen de sus respectivas lesiones) entre otros hacen que ver al Madrid de basket sea una delicia. Cuando el baloncesto no funciona, hay sale el de Mahón todo garra y corazón para sacar a flote a su equipo.

10 de 10. Líderes en la ACB y en la Euroliga.

sábado, 17 de octubre de 2009

Fallece Andrés Montes


"Bienvenidos al club". Así empezaba todas las retrasmisiones de la NBA, Andrés Montes. Anoche este bajito con gafas y con pajarita nos dejó para siempre. Adorado por unos, criticado por otros. Montés no dejaba indiferente a nadie, su forma de narrar los partidos irritó a los puristas del periodismo deportivo. Pero la realidad es que este calvo simpaticón conjugó a la perfección la emoción que se transmite en la narración radiofónico con las imágenes que proporciona la televisión. Pasó gran parte de su vida profesional en la radio, trabajó en la COPE, Radio Cadena Española, Radio Marca, Antena 3 Radio... Pero su fama se labró en Canal + a partir de 1996, debutó con un All-Star junto a un jovencísimo Daimiel. La voz de Montes era la que nos contaba todo aquello que acontecía al otro lado del charco, lo que pasaba en la mejor liga de baloncesto del mundo. Motes, metáforas, comparaciones, sonidos con copyright... en definitiva Andrés Montes.



Dos años después, en el 98. Pudimos ver a través del Plus como Dios se volvió a disfrazar de jugador de baloncesto. Y el regordete Montes nos lo contó, como tan solo él sabía hacerlo "Bienvenidos al vuelo número 23, Aerolíneas Jordan"


Tras 10 años contándonos lo que sucedía en el baloncesto de la tierra de los sueños, el narrador de la pajarita dejó la cadena privada de PRISA. Recaló en La Sexta y cambió también de deporte. El verano del 2006, el del Mundial de Alemania, será recordado por frases como "¿Dónde están las llaves Salinas?", "Tiburón" y la más famosa "Tiki taka"

En 2006
volvió a su deporte, regresó al basket. Lo hizo con los nuestros chicos de oro. ET, la bomba, Míster Catering, Espartaco Reyes, Sergio "mojo picón" Rodríguez ... en la pista como el los llamaba. Epi, Itu y el pequeño Andrés deleitaron al baloncesto español con el título mundial en Japón. Del baloncesto se encargaban los jugones como Montes decía, de las risas se encargaba este genio de la narración deportiva.


Dentro de unos días hará un mes que este simpático madrileño se despidió de los micrófonos. Lo hizo desde Polonia, donde encontró junto a la selección el oro... no el de Moscú. Nos contó como España cerró un ciclo bañado en oro, se ganó el Eurobasket por primera vez.


Aquel 20 de septiembre, Montes se despedía como cuando llegó a La Sexta... "La vida puede ser maravillosa. En días como hoy, uno se da cuenta de que la vida tenemos que hacerla que sea así, porque no sabemos cuando la voz que narra nuestras vidas se apague para siempre. Descansa en paz. Nunca olvidaré ese Utah Jazz-Chicago Bulls. "Me llamo Michael, Michael Jordan. Como James, James Bond". ¡Jugón!