jueves, 15 de julio de 2010

75 años de BA-LON-CES-TO

Un lunes, no uno cualquiera sino el 15 de abril de 1935... la Roja, la de baloncesto, comenzó a botar el balón en el parqué. Empezó en la capital, en la desaparecida pista de Chamartín. En aquel partido contra nuestros vecinos portugueses, la Roja selló su pase al primer Eurobasket de la historia que se celebró en Ginebra.

El tanteo es lo de menos, 33-12. Lo importante era que los primeros cimientos de nuestro basket se asentaban en el panorama internacional. Aquellos pantalones excesivamente cortos y esa camiseta roja sin mangas aparecían por primera vez en las canchas europeas. Nuestro primer quinteto: Rafael Ruano, Emilio Alonso, Pedro Alonso (Rayo Madrid), Cayetano Ortega, Máximo Arnáiz (Madrid C.F.), Armando Maunier (Patrie) y Rafael Martín (América Madrid).

En aquel Europeo del 35 ya se vió que los blancos la saben meter y los españoles más todavía. Primera aparición europea, primera final jugada se perdió... Pero España subió al podio, cosa que no ha dejado en los europeos que la Roja ha disputado.

Al año siguiente todo cambió, un golpe de estado y una guerra destrozaron los planes de un país, la selección no volvió a competir hasta los 50. Los Juegos Mediterráneos en Alejandría fueron la reentrée de la Roja en el basket internacional. Volvió y lo hizo como se fue, demostrando su potencial. Otra plata más que enseñar en las vitrinas de la federación.

Tras éxitos en las décadas de los 50, 60 y 70, llegamos a la época del color en la televisión. Los 80 fueron la explosión del baloncesto español y la consolidación de la Roja en el segundo escalón del deporte de la canasta. Siempre se ha recordado La Plata de Los Ángeles'84, aquella era la primera final olímpica que disputaban nuestros chicos del triple, del rebote. Y lo hacían contra los mejores, contra los NBA y además en territorio yankie. Enfrente bajo la bandera de barras y estrellas se encontraban los mejores jugadores del momento y de la historia... Jugaban un tal Jordan, Ewing, Perkings entre otros. Pero nosotros también teníamos unas estrellas que siempre serán recordados como los chicos de la plata de Los Ángeles... Juan Antonio Corbalán, Ignacio Solozábal, José Luis Llorente, Josep María Margall, Juan Antonio San Epifanio, José Manuel Beirán, Juan Manuel López Iturriaga, Andrés Jiménez, Fernando Arcega, Fernando Martín, Fernando Romay y Juan Domingo De la Cruz.



El tiempo avanzó, atrás se quedaron los pantalones cortos. El baloncesto evolucionó y la Roja no se quedó atrás. Los junior de oro comenzaban a abrirse paso en la selección senior. Ya despuntaba un tal Navarro en la Ciudad Condal...

Llegó 2002 y en aquel mundobasket en la cuna del automovilismo norteamericano, la Roja venció a los chicos NBA en Indianápolis.



No nos jugábamos nada importante, tan solo el quinto puesto que supo a gloria tras ganar en su casa a los EEUU.

Cuatro años más tarde en el Imperio del Sol Naciente, la selección se bañó en oro. El primero oro de la historia del baloncesto español, comandados por nuestro mejor jugador de la historia. Aquellos Junior de Oro que dieron la sorpresa en aquel mundial de Portugal, se convirtieron en los senior de oro tras ganar otro mundial, el de los mayores, en Japón. Una selección para la historia: Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón, Jorge Garbajosa, Rudy Fernández, Carlos Jiménez, Carlos Cabezas, Berni Rodríguez, Felipe Reyes, Marc Gasol, Álex Mumbrú, Sergio Rodríguez.

Llegaron las semifinales, España-Argentina. El último escollo antes de la gran final. En aquel encuentro, nuestro jugador franquicia, como les gusta decir a los americanos, se lesionó. Fue el partido más intenso de aquel torneo para los españoles, 75-74. Mejor verlo en vídeo narrado por aquel grande del baloncesto que vestía siempre con pajarita, gracias crack!



Llegó el día, la final. La gran final, el rival esperado eran los inventores del deporte de la canasta. Pero cayeron contra la fuerte defensa griega. Así que la Roja se enfrentó a los Helenos. El miedo llegó, teníamos la baja más importante en el partido de mayor trascendencia. Pau sufrió, disfrutó y lloró sentado en esa maldita silla vestido de calle, lo más duro para un jugador.



Fue el partido para los que no se llevan los flashes, los que no acaparan los micrófonos, los que firman menos autógrafos... Y cumplieron, además con creces. 70-47 Aquel 2 de septiembre de 2006, la selección se doctoró en el mundo del balón tricolor.

España despertó y se creó afición por este deporte. Una afición harta de desilusiones futbolísticas, vio en la canasta un filón de sonrisas, alegrías, compañerismo y, sobre todo, buen juego. Aun resuenan en Plaza Castilla, bajo las Torres Kio, las palabras del ex-seleccionador Pepu Hernández, !BA-LON-CES-TO!



Al año siguiente, tras un final de verano dorado llegaba el Eurobasket a nuestro país. El nuevo Palacio de los Deportes esperaba la llegada de la mejor selección española de todos los tiempos. Y así fue, se cumplió el guión. La Roja llegó a la capital como favorita para alzarse con la corona continental, enfrente la renovada Rusia de Kirilenko. Sin embargo, todo se truncó. 1 abajo, última bola para España. Gasol se la jugó y nuestro mejor jugador falló. 59-60 para Rusia, otro año más el oro europeo se nos escapó.



2008, año marcado en el calendario de todo deportista. Año de Juegos Olímpicos. Dicen que jugar unos JJOO es el sueño de todo profesional del deporte. Aquel año durante el mes de agosto se dieron cita los mejores deportistas del mundo en la capital de China, Pekín. Y allí estuvieron los chicos del oro de Japón y de la plata de Madrid. Tenían una cuenta pendiente... alcanzar una presea que se les escapó en Atenas por un maldito cruce con los norteamericanos. En esta ocasión nos enfrentábamos a ellos en la primera fase, no les volveríamos a ver hasta la gran final.

Y sí, fue una gran final. La mejor de todos los tiempos, nuestros chicos aguantaron a uno de los mejores combinados norteamericanos de la historia. Algunos lo compararon con aquel Dream Team del 92 que asombró en Barcelona, eso son palabras mayores. 107-118, sobran las palabras.



Una plata que supo a oro.

Parecía que se cerró un ciclo. Oro mundial, plata europeo, plata olímpica. Pero quedaba una espina clavada en el orgullo de estos jugadores, aquella derrota por un punto en Madrid escocía. Faltaba un oro, como decía el pequeño Montes el oro no estaba en Moscú sino en Polonia. Y allí estaba.

El campeonato comenzó con una España irreconocible, al borde de la eliminación en algunos momentos. Pero dicen que los grandes aparecen en los momentos más difíciles y comprometidos... Y se hizo la luz. Gasol tiró del equipo y llegó a la final contra una renovada y jovencísima Serbia. El europeo acabó como empezó enfrentando a Serbia y España. Sin embargo, todo fue diferente. La Roja barrió a los balcanes en una primera parte de ensueño, baloncesto veloz, electrizante... Y una defensa que ahogó la excelente muñeca de los imberbes Velickovic y compañía.



La final nos dejó el ansiado oro que se nos escapó dos años atrás en nuestro país. Y por fín se cerró un ciclo de ensueño, reinando en Europa y luchando de tú a tú a los de la NBA. Si ellos son extraterrestres, nosotros somos los primeros de la Tierra. Somos la ÑBA.

Por estos 75 años de BA-LON-CES-TO... y los que nos quedan

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